Carlos es pintor desde temprana edad. Su primera exposición se remonta a los años 70. Su estilo se encuentra entre la abstracción y la figuración. Ese espacio artístico en el que entramos en lo sensorial para adivinar retazos de realidad. Sus obras combinan multicapas, texturas rugosas y transparencias, que se retuercen generando formas orgánicas o geométricas sobre fondos de color atrayente. Una obra que mezcla expresionismo con surrealismo y que evoca un mundo imaginario que invita al espectador a explorar e interpretar las imágenes.

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Sus influencias son muchas, igual que su recorrido ya que su formación en arquitectura, alumno del círculo de bellas artes, y el entorno de diseño gráfico, conforman ese estilo suyo tan personal e imaginativo, diferente e identificable.
 
Su obra se centra en la relación humana con el entorno, real o imaginario.

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Es frecuente encontrar elementos o simbolismos de la fauna, paisajes imaginarios o escenas de interior, pero combinados muchas veces con personajes de ficción.

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Nacido en Punta del este, Uruguay, de padres españoles, es sin duda una figura con una obra alejada de modas y tendencias, por ello radicalmente personal con un lenguaje propio, lleno de expresividad, fuerza y color.

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Ha realizado algunas exposiciones individuales y colectivas en Madrid y sus obras están presentes en algunas colecciones particulares.

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Actualmente expone una muestra de su obra, cuadros de gran formato, collages y dibujos, en la Fundación Museo Van Der Linde en Montánchez, Cáceres.